4 feb 2011

miguel ángel ortiz albero

alguien fluye…

Alguien, tras ajustar la primera corona del Nocturnal a la fecha del día, dirigir la mirada por el agujero central a la estrella polar, alinear el brazo del aparato con una constelación conocida, y leer, entonces, la hora del cielo, se percata del desajuste del cuadrante de estrellas respecto a la hora solar y decide destruir con sus propias manos el Nocturnal, o Nocturnable, que en 1575 fabricase Girollamo Della Volpaia.

Alguien, ante el óleo sobre tela que Cornelis Norbertus Gijsbrechts pintase en 1660 bajo el título Vanidad, se deja engañar la mirada ante la intención sistemática, casi conceptual, que el autor aplicó a la obra incluyendo en el cuadro la propia degradación del lienzo a modo de vanidad de vanidades, sistema, engaño y misterio que repetiría después el hijo del pintor.

Alguien, en 1999, degusta el rumor musical de la palabra “tiempo” repitiéndola en más de sesenta idiomas, la misma palabra que nombró ya Josef Kosuth en Clock (one and five), en 1965, transformando un reloj de pared, de veintidós centímetros de diámetro, en la palabra “time” y en su definición/traducción mediante fotografías en blanco y negro encoladas en aluminio.

Alguien, en París, huele la lluvia y huele la tinta de La pluie (Project pour un texte), película sin sonido, en blanco y negro y de dos minutos de duración, que Marcel Broodthaers rueda en 1969 mostrando la incapacidad de escribir un texto en tinta china bajo la lluvia, pero mostrando que, aún así, el ímpetu por expresarse de manera escrita no decae. El negro intenso de la tinta china se diluye con el agua.

Alguien, entre el azar y la determinación, escucha ese guiño irónico hacia la tradición orquestal y verdadero estudio analítico de la complejidad y del concepto de entropía que es, como paso del caos indiferenciado hacia la singularidad, el Poema sinfónico para 100 metrónomos compuesto por György Ligeti en 1962.

Alguien, finalmente, permanece mientras el Sena fluye, lenta pero inexorablemente, y nos repite que “Cae la noche suena la hora / Se van los días yo me quedo”.