Al señor André Breton.
La Rochefouchald --el 27--
13, rue des Tanneurs
Querido amigo,
He conseguido -no sin esfuerzo- un permiso de un mezquino mayor importante y erizado -- Y he llegado -- después de ruedas de vagón y compartimentos helados -aquí- El agujero clásico y anticuado -- como acostumbran a describirlo los académicos, cuando se ponen a hacer un «estudio de costumbres». No llegué hasta ayer por la tarde -- pero ya estoy convencido de que la encargada del estanco es gorda y morena -- a causa de los «subof» -- y que el café se llama «del Comercio» porque está dentro del orden -- En fin, aquí por lo menos tengo mi libertad y estoy aproximativamente en casa.
¡Qué agujero -- qué agujero -- qué agujero! Siempre me confunde por un corto instante que haya individuos que aquí... vivan -- durante toda una vida -- ¡En fin! -- también ellos «son gente sana» -- «gili...» -- «que no entienden nada» -- Un atajo de pobres diablos lúgubremente humorísticos -- con un aparato digestivo y un vientre -- Mis hermanos -- Noun di Dio! [1]
¡Ah! ¡Ah! Añadiría el Hidrocéfalo del Doctor Faustroll.
Así, que estoy en familia.
Te agradecería -- Querido amigo -- que me escribieses unas letras -- Te prevengo que me voy de esta dirección el domingo que viene.
Buenos días, al tallador de piedra vecino mío -- y al pueblo polaco.
Un apretón de manos.
J. T. H.
P.S. -- Durante el trayecto me he dado cuenta -- al pasar por allí -- de que Saintes -- no estaba
en el Midi junto a la isla de Hyères como creía -- te lo comunico -- los viajes forman a la juventud.
[1] Noun di Dio!: forma dialectal de la expresión francesa Nom de Dieu! (N. del T.)
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